La Corporación de Molledo se reunió a mediodía del pasado viernes para aprobar el fraccionamiento del pago del Impuesto de Bienes Inmuebles y la entrada en vigor de ese acuerdo el 1 de enero de 2015. En principio un acuerdo plenario más si no fuera por la peripecia que supuso para el alcalde y los concejales rubricar una decisión que esta vez no dependía para ser efectiva de rifirrafes políticos, ni siquiera dependía del calendario tanto como del reloj. Carreras por los pasillos del Ayuntamiento, llamadas casi desesperadas y una velocidad "al límite de lo legal" lograron al final "lo más importante, sacar adelante una decisión que aliviará el bolsillo de los vecinos con dificultades económicas", reconoció el alcalde, Dámaso Tezanos. "No solo venimos a cubrir el expediente, no todos salimos en la prensa por desfalcos, la mayoría nos esforzamos de verdad por los vecinos y así lo hemos demostrado todos los grupos", dijo con orgullo.
Todo había comenzado a mediados de la semana pasada. El Consistorio quería aprovechar el cambio en el sistema informático de Hacienda que permite ya a los ayuntamientos que han dejado la recaudación en sus manos fraccionar el pago de los impuestos. Como había además otros temas que tratar se pensó en convocar un pleno para debatir la cuestión, y por distintas cuestiones ese pleno se aplazó hasta hoy martes.
Cuando el alcalde llegó al Ayuntamiento el viernes por la mañana desde Secretaría se le advirtió de que si la intención era que ese fraccionamiento entrara en vigor el 1 de enero de 2015 los plazos se acababan. La presencia de muchos días festivos en el calendario del mes de diciembre no dejaba los días hábiles suficientes para publicar el anuncio en el Boletín Oficial de Cantabria y ratificar la decisión antes de terminar el año, con lo que no se podría aplicar ese posible fraccionamiento hasta 2016.
El alcalde dijo que ni hablar, que había que encontrar una vía para lograr aprobar ese acuerdo con tiempo suficiente. Y solo había una, la vía de urgencia. Eran las 10.30 de la mañana cuando se decidió convocar una sesión plenaria por vía de urgencia. En ese momento el alcalde se puso en contacto con sus otros dos concejales del PP. Los dos confirmaron su presencia. Llamó al portavoz regionalista, Salvador García Ceballos, pero el teléfono estaba desconectado. También llamó al otro edil del PRC, pero no podía asistir por motivos de trabajo.
Al alcalde comenzaba a preocuparle el quórum necesario para tomar decisiones, seis de los once concejales de la Corporación. Tenía la mitad, pero aún le faltaba hablan con la portavoz socialista, Teresa Montero. A la primera no le cogió el teléfono, con lo que volvió a insistir con el portavoz regionalista. Nada. Empezaba a desesperar. Había transcurrido media hora. Pasadas las 11 le devolvió la llamada Teresa Montero. Tezanos le explicó lo que había sucedido y Montero aceptó el reto. Pero no antes de las 12.30 horas. No podría llegar antes por su trabajo. Mientras se encargaría de contar al menos con otros dos concejales socialistas para llegar a los seis ediles necesarios, algo que pudo confirmar poco después.
Ya tenían concejales, lo que no tenían era tiempo. No solo había que aprobar la decisión, también había que remitirla al Boletín Oficial de Cantabria ese mismo viernes. De Molledo a Santander al menos hay 35 minutos en coche y el servicio público cántabro cerraba a la una del mediodía. Iba a ser de locos.
Por suerte todos los concejales llegaron cinco minutos antes. A las 12.25 comenzó el pleno, se aprobó la declaración de urgencia y el fraccionamiento del IBI en cuatro minutos y a y media en punto el alcalde cogía su coche, acompañado por Sergio, el alguacil. Dámaso Tezanos le necesitaba.
Ya en el coche iba dando instrucciones. Desde el Ayuntamiento tenían que mandar un fax con el acuerdo plenario a la oficinal del BOC para que fueran tomando nota. Y tenían que avisarles de que le esperaran, que sobre la una llegaría a Santander. "No me gustan mucho los coches y menos la velocidad, pero no había tiempo que perder y creo que no he corrido tanto en mi vida", reconocía Tezanos. "Solo pensaba, ya verás como ahora va y me para Tráfico, y a ver cómo lo explico".
A la una y cinco llegaba a Peña Herbosa, a la sede del Gobierno de Cantabria, donde se encuentran las oficinas del BOC. En la puerta paró, le dio al alguacil los papeles sin aparcar el coche y se fue a dar la vuelta a la manzana. Le habían esperado. Selló el acuerdo y su premio fue verlo publicado en la edición especial del Boletín Oficial de Cantabria del pasado sábado.
Muy justo, porque en ese anuncio se da un plazo de 30 días hábiles para que el acuerdo entre en vigor, pudiendo fraccionar el pago en dos recibos a abonar en mayo y noviembre. Si en mayo no se ha pagado la parte correspondiente habrá que pagar el recibo completo en noviembre. 30 días hábiles se cumplen exactamente el 31 de diciembre. Misión cumplida.
