Carmelitas y sacerdotes del entorno en Barriopalacio Viernes, 27 Mayo 2016 Carmelitas y sacerdotes del entorno en Barriopalacio

Las Hermanas Carmelitas dejan la comarca tras 143 años de presencia

Las Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna abandonaron definitivamente la comarca de Iguña y Anievas este viernes, tras 143 años de presencia en los dos valles, la gran mayoría, 128, gestionando lo que fue el colegio de Madernia, en Molledo. En los últimos tiempos ya apenas vivían monjas en la casa parroquial de Barriopalacio, en Anievas, su última residencia en la comarca, con lo que la congregación ha decidido trasladar a las últimas supervivientes, las hermanas Ludi, Gumer y Lola, a otros centros religiosos más concurridos, como el que la congregación tiene en Isla, donde ya pasan gran parte de su tiempo.

Para la despedida aprovecharon la fiesta religiosa de la fundadora de las Hermanas Carmelitas, Santa Joaquina, oficiando una Misa Solemne en la iglesia de la Asunción de Barriopalacio a las seis de la tarde, a la que asistirán miembros destacados de la congregación, además del arcipreste de la zona, Juan Carlos Fernández, antiguo alumno de Madernia, y sacerdotes del entorno. El párroco, Juan Luis Cerro, habló de "un acto de acción de gracias por la labor de las hermanas durante tantos años", el adiós definitivo a una presencia que ha sido, dijo, "un don divino para nosotros, por todo lo que nos han dado, lo que nos han apoyado".

Las Hermanas Carmelitas llegaron a Molledo, en concreto a Madernia, el 6 de agosto de 1873, dedicándose a la enseñanza desde el primer momento, fin perseguido por la persona que donó el edificio a la congregación, María Antonia Polanco, quien manifestaba a las hermanas su deseo de dedicarlo a la educación de todas las niñas del valle, especialmente las que procedían de familias sin recursos. A los pocos meses ya cursaban sus estudios en ese colegio más de 200 niñas. Así fue durante 128 años, bien es cierto que en la última fase con una cantidad de alumnos muy reducida.

Seguramente el mejor y el peor momento de esa larga historia coincidieron en el mismo año, 2001. El 15 de marzo se celebraba una solemne Eucaristía en el centro conmemorativa de la beatificación de la religiosa de las Carmelitas de la Caridad Vedruna Cándida Cayuso González, ceremonia que tenía lugar en el colegio al que había pertenecido. Poco después, el 16 de junio, las Hermanas Carmelitas anunciaban a alumnos, padres y madres, y antiguos alumnos del colegio de Madernia el cese de las actividades académicas del centro, un hecho que se consumó el 23 de junio de aquel mismo año.

En aquel momento comenzaron las conversaciones para dar otro uso al gran edificio. El 13 de septiembre de 2002 el entonces alcalde de Molledo, Dámaso Tezanos, adelantaba el principio de acuerdo entre las Hermanas Carmelitas del clausurado colegio de Madernia y la ONG Mensajeros de la Paz para la reapertura del edificio como centro geriátrico y de día. Las nuevas exigencias para esos servicios obligaron a la organización del Padre Ángel a tirar las viejas instalaciones y levantar un nuevo edificio en el mismo lugar, al que se ha sumado recientemente un tanatorio.

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