Un viejo acueducto cercano a los límites municipales entre Cartes y Torrelavega, en la zona próxima a Riocorvo y Viérnoles, se ha convertido en un problema de seguridad debido a que grupos de jóvenes de toda la comarca utilizan esa zona del río Besaya como zona de baño. "La vieja estructura es utilizada a modo de trampolín de salto", decía la teniente de alcalde Sandra Martínez, "lo cual genera un grave peligro para todos aquellos que utilizan la zona de manera constante y de manera incontrolada".

"Somos conocedores de esta preocupante situación, somos conscientes del peligro que conlleva y no vamos a permitir que las decisiones y posibles soluciones se tomen después de cualquier accidente", dijo, para añadir que el Consistorio cartiego "está dispuesto a ayudar en aquello que sea nuestra responsabilidad o competencia, pero es el vecino Torrelavega quien debe dar el primer y necesario paso para poner solución al problema, que ya conocen y saben de su existencia".

El alcalde cartiego, Agustín Molleda, fue aún más directo, incidiendo en que "espero y deseo que algunos no lleguen tarde como siempre, porque sabemos que es una situación compleja pero es el momento de actuar de manera inmediata, aquí no vale el quizá, el puede o el a lo mejor, sólo vale el aquí y el hoy mejor que mañana". Afirmó que "se tienen que buscar soluciones con la máxima urgencia y premura".

El alcalde explicó además que "la pasada semana mantuvimos conversaciones con los responsables de la estructura y realizamos una visita al lugar, conversaciones tanto en el ámbito profesional como político que, a día de hoy, han tenido como consecuencia cero noticias, cero soluciones". E insistió en que "no cesaremos en denunciar públicamente y por las vías necesarias esa situación, con el fin de garantizar una solución segura y definitiva, no es cuestión ni de llevarse bien ni de cambiar cromos, es cuestión de evitar una desgracia".

Desde el Consistorio cartiego se tomó la decisión de cerrar los accesos y, tanto Molleda como Martínez, quisieron aprovechar la ocasión para hacer un "llamamiento a la reflexión" por parte de los adolescentes que utilizan la zona "sin ser conscientes del peligro que conlleva; no se trata de ninguna broma, son momentos para demostrar nuestra responsabilidad, tanto en casa como como individualmente".