La Asociación de Comerciantes y Empresarios del Valle de Buelna ha elaborado una encuesta entre sus más de cien asociados para conocer el estado del sector tras el verano. En todas las respuestas la palabra que más se repite, según explicó el presidente del colectivo, Salvador Victorino Fernández, es "incertidumbre".
El cuestionario refleja que, salvo sectores que por ley han tenido que estar abiertos, la amplia mayoría de los comerciantes se vieron obligados a cerrar sus empresas al menos durante dos meses. Aquellos que tenían trabajadores a su cargo, en un porcentaje muy alto, tuvieron que acudir a expedientes de regulación temporal de empleo, "y con la vuelta a la normalidad, muchas plantillas están aún al 50%", explicó Victorino.
Una de las cuestiones se centraba en la vuelta a la actividad, si se habían notado mejores resultados y la comparación con los de años anteriores. Una minoría notó "algo de incremento" en las ventas los primeros días, cuando el cliente estaba necesitado de productos que no había podido comprar hasta ese momento. Coinciden las respuestas en achacar ese repunte a que estaban cerradas las grandes superficies y al "miedo" a acudir a centros donde hubiera multitudes. Pero en agosto "se ha empezado a notar una caída en el consumo". De todas formas, el cuestionario deja claro que en la mayoría de las actividades ni siquiera se notó ese repunte en las ventas.
Respecto a cuál creen que es el motivo de que las ventas o los resultados no hayan sido los previstos las respuestas se centran en cuatro puntos. El primero la poca movilidad y el poco gasto "por miedo a salir y contagiarse"; otro de los motivos alude a que no se ha perdido la costumbre de acudir a los grandes centros comerciales, a lo que se añade el incremento de la venta online; otro de los motivos es el temor de las familias a un futuro nada claro en los empleos, lo que afectaría a su poder adquisitivo; y por último, a la "complejidad" del momento, con cambios de normas de conducta, restricciones a la labor empresarial y comercial, etc.
En cuanto al futuro inmediato, la mayoría coincide en que las expectativas para el último tramo del año son "pesimistas". Salvador Victorino explicó que las contestaciones reflejan que "tienen miedo a que nos vuelvan a confinar, que la gente se apriete más el cinturón, creen que van a ser meses muy duros e inciertos y temen por sus negocios". Ante lo visto en otros municipios, consideran "un duro pulso" poder mantener abiertas sus actividades si se tiene que volver a las primeras fases de la pandemia.
De momento el sector no ha podido celebrar su Fiesta del Comercio, que coincidía con las Guerras Cántabras, pero si espera poder convocar el concurso de escaparates que coincide con la Navidad. Además, ha comenzado ya una campaña de captación de nuevos socios, adelantada al último mes de año, cuando solía celebrarse.
