El alcalde de Cartes, Agustín Molleda, donará a los Servicios Sociales municipales un 10% de su sueldo durante el periodo del Estado de Alarma decretado por el Gobierno de la Nación, como respuesta, ha dicho, a la "delicada situación que viven en nuestra comunidad autónoma y en Cartes los servicios sociales".

Resumió la explicación a su decisión en una frase: "mi sueldo está calculado en función de mi trabajo y ahora la actividad política es menor, los viajes son menos y los gastos descienden, así que mi sueldo debe ir en esa misma dirección". También puso énfasis en aclarar que "no lo hago para ser ejemplo de nada, cada uno sabrá, con su conciencia y bolsillo, qué decisión tomar".

En esa decisión dijo tener "dos ventajas". La primera que "durante mi primera legislatura, ya ostenté mi cargo con un sueldo de tan sólo el 65% del total del establecido hasta ese momento". Y que durante el pasado confinamiento los miembros liberados del equipo de gobierno cartiego ya donaron parte de su sueldo para adquirir material sanitario y equipos de protección. "No es la primera vez que hacemos algo así en Cartes", apuntó.

Molleda incidió en que "mi sueldo está calculado en función de mi trabajo, dedicación y gastos adicionales, no existe un solo ticket de parking, gasto de gasolina u hotel en cinco años, mmi actividad política dentro y fuera de Cartes se paga con mi dinero y eso no sólo es algo de lo que me siento orgulloso, me atrevería a decir, que es parte de mi compromiso con el municipio cartiego".

Una decisión política que, reconoció, "soy consciente de que, ese tipo de medidas, son criticadas dentro del ámbito político, que no gustan y se justifica con la palabra populismo, pero yo no tengo ningún problema y, aún menos ningún remordimiento de conciencia, que me diga que esta decisión no es justa y, lo más importante para mí, es acorde con mi manera de ser y pensar". Y en ese punto envió un mensaje a los "críticos": "la política es un modo y no un medio de vida, es bueno y te hace sentir más tranquilo tener donde volver al minuto siguiente, y, esa ventaja, yo la tengo". Y añadió, "cuando un sillón se convierte en sinónimo de pesebre, mal asunto, porque desaparece el compromiso político y surge sólo el interés personal".