Buena tarde de toreo la que se vivió este sábado en Molledo, semifinal del Circuito Norte que ha dejado entrever el arte de los mejores novilleros del momento. Una tarde que rozó la épica de la mano de Manuel Pereda, todo pundonor, rematando la faena con el segundo de la tarde que le envistió en dos ocasiones y con el cuarto, tras ser intervenido de urgencia por una cornada en el escroto. Dos orejas se llevó y fue uno de los triunfadores de la jornada. Compartieron plaza con él los otros dos semifinalistas, Carlos Domínguez y Villita, que salió a hombros de la plaza de Molledo tras conseguir dos orejas y el apoyo del público. Mismos premios para Pereda, que no pudo acompañarle en esa salida por la puerta grande porque tuvo que viajar a Peralta, donde toreaba a última hora de la tarde.

Buenos novillos también las de Alcurrucén. Dieron juego y permitieron a los novilleros lucirse, pero fueron recias a la hora de morir. No se dio bien por lo general la estocada final y hubo que esperar a la hora de matar, algo que pesó a la hora de repartir premios más jugosos.

Con los tres protagonistas del día la gente se divirtió, buen toreo, muletazos de cadera a pie fijo, a derecha e izquierda, giros con la capa, de frente y de espalda, alguna rodilla hincada y cabeza arriba para dejar claro quien mandaba. Se notó la calidad y se vio a toreros de futuro cercano en Molledo.

En Presidencia estuvo el consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Blanco, la alcaldes anfitriona, Verónica Mantecón, entregada con la organización de una pieza esencial en las fiestas patronales de su pueblo, y el alcalde de Arenas de Iguña, Pablo Gómez, junto a uno de los maestros de la zona, el Norteño, asesor de la tarde.

Una mañana de sol sin apenas sombra y plaza con media entrada aderezada por las ganas de ver una buena corrida.

El público premió especialmente el esfuerzo de Manuel Pereda en el segundo del día. Una buena faena, prietas las filas con el toro, tan cerca que tuvo que sufrir dos cornadas que no hicieron que se arredrara. Remató la faena y el respetable pidió reiteradamente una oreja que no llegó para enfado del público y del maestro Juan José Padilla, que no entendió el recato de Presidencia.

En el segundo de nuevo volvió a la plaza, con vaqueros (que remendaron el cuerpo pero no el traje) y con el público entregado y su faena y la estocada bien le valieron las dos orejas que se le concedieron con justicia torera. Habría salido a hombros si no fuera por la necesidad de iniciar pronto el viaje a Peralta.

Silencio en el primero de la tarde para Carlos Domínguez, que se quedó sin premio porque le costó matar. En cambio en el cuarto disfrutó del novillo y consiguió una merecida oreja.

Villita hizo dos faenas con muy buen arte y se llevó una oreja en cada una, lo que permitió que saliera de la plaza a hombros y por la puerta grande.

El jurado del Circuito Norte tendrá que decidir ahora quienes estarán en la final, a celebrar en Santander la semana que viene.