Cartes recuperó su fiesta mayor, más íntima que antes de la pandemia pero con el mismo sabor a tradición montañesa, blusón, vara y albarcas
Cartes recuperó su fiesta de San Cipriano, más íntima que años anteriores pero con el mismo sabor a buena romería montañesa, ataviados los asistentes, entregados a la música de la tierra y a tradiciones que se afianzan con el tiempo, a pesar del parón forzado en 2020. La situación obligó a concentrar el habitual programa de tres días en una única jornada y los devotos respondieron a la llamada de igual manera, animados por que el Santo hizo de las suyas imponiéndose a las malas previsiones meteorológicas.
El pito y el tambor ejercieron de reclamo desde primera hora y sin procesión, que como dijo el alcalde, Agustín Molleda, "este año va por dentro", la Santa Misa agrupó a un buen número de asistentes, disfrutando de los picallos, que cantaron y bailaron la vida del Santo, como es tradición.
No faltaron varas de avellano para las rosquillas, los buenos tragos de los siete caños de la fuente de San Cipriano, ni albarcas, ni cantes y jotas montañesas aquí y allá, pero tampoco faltaron las mascarillas, las sillas y las distancias obligadas, con lo que los pensamientos volaban al año próximo, deseando poder recuperar la 'romería montañesa por excelencia', título popular de la fiesta, con todo su esplendor.
Hubo, como es habitual, mucha representación del arco político regional, con el presidente, Miguel Ángel Revilla, y varios consejeros al frente. También estuvo la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, o la práctica totalidad de la Corporación cartiega, entregada a su Fiesta de Interés Turístico Regional. "Pero en este día los protagonistas son la gente que siente por devoción esta romería, la cultura montañesa, el blusón, la boina, las albarcas, algo que quizá no está de moda en estos momentos, pero que nosotros llevamos con orgullo", dijo el alcalde.
Reconoció que en todo esa alegría hay una nota para preocupar, la necesidad de llegar a los jóvenes, "tenemos que enganchar a las nuevas generaciones porque la reposición de público no es nuestra mejor virtud". Y en ese punto también apuntó a los políticos, "conservar los valores de Cantabria es una asignatura pendiente que deberíamos incluir en las aulas, que los jóvenes sepan quienes somos y de dónde venimos".
Sobre uno de los proyectos que la pandemia dejó paralizado, lograr la calificación de la fiesta como de Interés Nacional, Molleda afirmó que "en este momento nuestro principal objetivo es ayudar a nuestros vecinos a llegar a fin de mes, San Cipriano está marcado en el calendario de muchos corazones y seguiremos mejorando la fiesta pero no competiremos con expedientes que tienen un coste económico cuando ahora mismo nuestro mayor proyecto será apoyar a nuestros vecinos".
