El muro norte de una vivienda de Sovilla, en San Felices de Buelna, se derrumbó en la noche del miércoles como consecuencia del temporal de agua y granizo que afectó al valle, cortando la carretera que une el municipio con Las Caldas de Besaya. El matrimonio propietario de la vivienda pudo abandonar la casa sin que se produjeran daños personales gracias a la inmediata intervención de los servicios de emergencia, Ayuntamiento y Guardia Civil. A última hora del miércoles el matrimonio, José Luis Azcona y María Dolores López, escuchó un fuerte estruendo, “como un trueno”. María Dolores se asomó y vio como se había desprendido una buena parte del primer piso de lo que fue la cuadra de esa vivienda. El marido salió corriendo hacia la casa del alcalde, José Antonio González Linares, muy cercana. El alcalde no se encuentra en San Felices de Buelna con lo que se acercó a otra casa para llamar al 112. En apenas minutos llegaron los servicios de emergencia y Guardia Civil a la zona.
Antes había llegado el primer teniente de alcalde, Federico Crespo, quien aconsejó que el nieto del matrimonio, que estaba con ellos, saliera de la casa ante el riesgo de nuevos derrumbes. Como así fue, poco después. Otra pequeña parte del mismo muro caía hacia la carretera. También mandó a Protección Civil cortar la vía en un tramo de unos 50 metros, mientras la Guardia Civil precintaba la entrada a la vivienda por el riesgo de que continuaran los desprendimientos. En la mañana del jueves los servicios técnicos del Ayuntamiento se han acercado y, tras un examen minucioso del estado del edificio, han aconsejado instalar un andamiaje alrededor de todo el edificio para mayor seguridad, a la espera de que se determine el grado de ruina que pueda presentar la casa y los pasos que se den por parte del seguro de la vivienda.
El deseo de los propietarios es continuar con la lenta labor que en los últimos 30 años han venido haciendo, recuperando poco a poco, pared a pared, su única propiedad, una casa en la que aún mantienen todas sus ilusiones. Y en esa preocupación, una alegría, la solidaridad de los vecinos, que inmediatamente salieron de sus casas ofreciendo albergue y compañía al matrimonio afectado, que pudo pasar la noche con uno de sus vecinos.
(En el reproductor, las declaraciones del matrimonio residente en la vivienda).
