Los trabajadores de Insago PVC aprobaron este miércoles por mayoría, reunidos en asamblea, los criterios que se fijarán para determinar quiénes dejarán la planta en los próximos días. En esa asamblea se presentaron dos expedientes, uno de extinción, que afectará a algo más de la mitad de la plantilla, y otro de suspensión de la actividad, para reestructurar la producción y concentrarla en las naves propiedad de la empresa.

En la primera parte, en cuanto al expediente de extinción de empleos, quedó clara que la intención es mantener una plantilla entorno a los cincuenta trabajadores, frente a los 120 actuales. La escasez de pedidos es el motivo principal para ese y el otro expediente, el de suspensión de la actividad hasta que se encuentre un comprador que reflote la planta del polígono industrial de Barros. Ese tiempo se aprovechará para dar contestación a los pedidos urgentes y unificar la producción en las instalaciones de Insago, abandonando las naves alquiladas a otras empresas que se utilizaban hasta ahora.

La mayoría de los 70 trabajadores que asistieron a la asamblea aprobaron las actas de las reuniones mantenidas hasta ahora con los tres administradores concursales que gestionan la planta y los criterios que servirán de baremos a la hora de fijar los nombres concretos de los trabajadores que abandonarán la fábrica. Para el personal de oficina, se atenderá en la valoración su valía y su funcionalidad. En personal de planta, la especialización y antigüedad, además de primar a los mayores de 55 años. El presidente del comité de empresa, Jesús Cabezón, advirtió que esas son las condiciones marcadas por los trabajadores que ahora quedarán a criterio de la dirección, que elegirá en último terminó el personal de mayor confianza. En definitiva, explicó que la planta entra en un período de reorganización total, tanto en cuanto a los trabajadores como en la reestructuración de la producción, preparándose para el momento en el que se pueda empezar de nuevo a trabajar.