Seis años ha tardado el equipo de gobierno de Los Corrales de Buelna en encontrar la vía de financiación para su proyecto más deseado. Seis años de sacrificio económico que culminará con la recuperación de las antiguas escuelas del centro del pueblo para convertirlas en un nuevo edificio destinado a servicios municipales, un Ayuntamiento “del siglo XXI, digno de un municipio como este”, decía la alcaldesa, Mercedes Toribio Ruiz (PP). Un sueño hecho realidad que ahora ya no depende del dinero, para variar, sino del dictamen que los técnicos que estudian la estructura del antiguo inmueble pongan sobre la mesa. Si dan luz verde, la alegría campará en un gobierno local acostumbrado más a apretarse el cinturón que a darse homenajes. Y comenzará la obra más esperada de los últimos años, que además incluirá como plato fuerte la reforma integral de otro icono de Los Corrales de Buelna, la plaza de la Constitución.
Si las antiguas escuelas se quieren recuperar como edifico público, la plaza se quiere devolver a los vecinos, posibilitando “un lugar de encuentro para el ocio y el disfrute”. Con todo, que una buena parte del superávit del Ayuntamiento se quiera invertir en ese doble proyecto no es ninguna novedad, ya que una de las viejas apuestas del equipo de gobierno es cambiar la imagen del centro del pueblo, “la asignatura que tenemos pendiente”, decía Mercedes Toribio. Pero para no poner el carro por delante, lo primero ha sido encargar los estudios técnicos pertinentes para saber si ese edificio cumplirá todos los requisitos necesarios para poder albergar servicios municipales. Ese informe llegará pronto, seguramente antes de final de mes, y de ese documento dependerá el poder llevar a buen fin ese ambicioso plan que marcará un antes y un después en Los Corrales de Buelna. “Nuestra esperanza es poder recuperarlo y que el Ayuntamiento vuelva al entorno que ocupó en su día, y que la plaza sea un nuevo punto de encuentro, de ocio y disfrute para los vecinos, continuando así el proyecto que iniciamos derribando la plaza de abastos y levantando un parque infantil que es un éxito”.
Incluso la financiación es un proyecto ambicioso. Se tiene dinero para afrontar la obra, pero se acudirá al plan de inversión local del Gobierno regional para recuperar gran parte de la inversión. En total, se invertirá 1,5 millones de euros. El 20% será a cuenta del Ayuntamiento, 300.000 euros. El resto, 1,2 millones, los terminará devolviendo el Ejecuto cántabro en 2016-2017, con lo que la próxima legislatura contará con una nueva inyección de dinero.
Entre tanto, se piensa ya cómo repartir los 1.300 metros cuadrados de esas escuelas. Se trabaja sobre un anteproyecto que cumple seis años, que estuvo a punto de abandonarse, hasta que al inicio de legislatura se retomó la intención de rehabilitar el edificio comenzando la casa por el tejado, es decir, cambiando una cubierta que amenaza con hacerse pedazos cualquier día. Ese anteproyecto cifraba la inversión necesaria para poner a punto el edificio en 2,5 millones de euros. Eso sin contar lo que supondría preparar y dotar el edificio de todo lo necesario para que pudiera albergar las dependencias municipales. Estudios posteriores redujeron ese coste casi a la mitad. Aún así, el proyecto sigue siendo tentador, 1.300 metros cuadrados repartidos en dos plantas en el mismo centro del pueblo, un espacio a distribuir entre los distintos usos que ya se intuyen, desde un gran salón de plenos a las oficinas municipales, técnicas y administrativas, salas para los distintos grupos políticos, incluso se baraja la sede de la Policía Local. En todo caso, es prácticamente el doble de lo que ocupa actualmente el viejo Ayuntamiento, así que hay espacio sobrado para la imaginación.
Mercedes Toribio Ruiz quiere que, si todo va bien, desde sus balcones se pueda ver una nueva plaza de la Constitución y un casco urbano más pensado para el paseo que para el tráfico. Claro que, hablando de tráfico, habrá que pensar en nuevas plazas de aparcamiento. Pero hay tiempo para todo.
