Policía Local y Guardia Civil de Los Corrales de Buelna demostraron este fin de semana que la colaboración entre ambos cuerpos da sus frutos. En menos de una hora dos agentes jóvenes, un policía y un guardia, se unieron y resolvieron un atraco a mano armada sucedido en el centro del pueblo, en la urbanización la Condesa. El afectado, Claudio Capellín, de Calzados Capellín, un zapatero de los de siempre que sufría el primer atraco de su larga vida como profesional. Todo comenzó a las ocho menos diez de la tarde del viernes. A punto de cerrar Claudio vio como entraba un joven con gorra y sudadera tapándole hasta los ojos. Un hombre alegre de por sí dio las buenas tardes pensando que la vestimenta se debía a una broma. Pero nada más lejos de la realidad. El atracador se adentró tras el mostrador y levantó un cuchillo.
No hizo falta mucho más tras la frase que pronunció: “dame el dinero o te mato”. El temblor en su mano dejó claro al zapatero que la cosa iba en serio. Y la respuesta fue clara: “tranquilo, relájate, abro la caja y te doy el dinero”. Y así fue, pero mientras tanto un chiquillo que jugaba en el gran patio de la urbanización vio lo que sucedía y avisó a sus padres. Clientes y vecinos se acercaron al lugar y en un primer momento cerraron la puerta para que el atracador no pudiera salir, pero este amenazó con el cuchillo al comerciante, con lo que decidieron abrir la puerta.
En su huida, blandiendo el cuchillo, perdió la gorra y a tirones la sudadera, algo que facilitó su identificación. En esa carrera se deshizo de cuchillo y alguna prenda más. Ese tiempo fue aprovechado por algunos vecinos para llamar al 112. A los pocos minutos se presentaron los agentes de la Policía Local y Guardia Civil y comenzó la investigación: primero recogiendo las señas del atracador, procediendo a su identificación; luego haciéndose con las prendas y el cuchillo que utilizó en el atraco a mano armada. Más tarde fueron uniendo detalles y las declaraciones de los testigos. Juntos, en el coche de la Guardia Civil, recorrieron el pueblo y pudieron cerrar, en menos de una hora, el caso.
Claudio Capellín agradeció el apoyo de sus vecinos y la labor de las fuerzas de seguridad. Aún con esa tarde en la cabeza, ayer Claudio Capellín reconocía que “la sensación que le queda a uno es un poco de verse como desprotegido, agradecido a vecinos y seguridad por su actuación, pero con la sensación de que eres vulnerable”. Y se preguntaba qué se puede esperar sacar de una zapatería, “porque, quien te viene a robar no pretenderá solucionar su vida robando a un pobre como yo, ya de por sí más que sacrificado para mantener hoy en día un negocio”.
