Antes de que termine el mes de enero la presidencia de la Mancomunidad de Servicios de los valles de Iguña y Anievas pasará a manos del Ayuntamiento de Bárcena de Pie de Concha. Hasta ese momento Pablo Gómez, alcalde de Arenas de Iguña, seguirá sosteniendo un bastón de mando que no le ha supuesto demasiadas alegrías a lo largo de sus dos años de mandato. De hecho se despide con críticas a “quienes fomentaron las mancomunidades para después dejarlas tiradas, con subvenciones que no dan para nada”, en referencia al Gobierno regional. La crítica la avala con un dato concreto, el presupuesto correspondiente al ejercicio 2013, que ascendía a 438.203 euros, es un 40% más bajo que el de 2012, que superó los 730.000 euros. Y no descarta que en 2014 siga bajando, pero eso quedará en manos de Carmen Mier, alcaldesa de Bárcena de Pie de Concha, próxima presidenta de la mancomunidad.
Dos son las cuestiones principales de futuro para Pablo Gómez: resolver la falta de industria, y con ella el descenso de habitantes, y apostar por el turismo como fuente de riqueza para dos valles con una media de edad que ronda los 60 años. La caída “imparable” del padrón de habitantes, el envejecimiento de la población y la falta de iniciativas empresariales son otras preocupaciones de un presidente que espera que con el nuevo mandato “la situación de un giro que nos permita respirar, porque si no la comarca corre un serio riesgo de perder la poca fuerza que nos queda”.
Por eso su principal baza, ésta con éxito, ha sido la de reflotar las iniciativas turísticas en los dos valles, Iguña y Anievas. En dos años se ha hecho un estudio serio de posibilidades e incluso de proyectos concretos de crecimiento turístico. Se ha dado forma a una sociedad gastronómica que inició su andadura con unas jornadas de la legumbre propia de la tierra y se quiere poner de nuevo en marcha el Centro de Iniciativas Turísticas de la comarca. Pablo Gómez asegura que “entendemos desaprovechadas las buenas comunicaciones de la comarca y la variedad de recursos turísticos, de todo tipo, que ofrecemos, desde naturales a paisajísticos, arquitectónicos, históricos y culturales”.
El presidente saliente ha intentado en sus dos años de mandato mejorar la calidad del servicio de recogida de basuras, pero tampoco ha tenido suerte, “tanto es así que en dos años no nos han cambiado ni un contenedor, ni de sitio, y eso que ha pedido que se diversifiquen los lugares de recogida selectiva”. Y se va dejando un servicio que “baja la frecuencia de recogida e incrementa su precio, críticas que no llegan a Mare, sino que los vecinos cargan directamente contra los alcaldes”.
Otra de las responsabilidades de la mancomunidad es el colegio público “y en ese campo las ayudas ya se sabe cómo están”.
No todas las gestiones han sido infructuosas, como la lucha por lograr que los vecinos de la comarca puedan recibir, a la mayor brevedad, los canales de las denominadas televisiones regionales. “Estamos en ello, aunque aún hay mucho camino por recorrer, siempre a espaldas de los ayuntamientos”. Y “aunque me hubiera gustado contar con más subvenciones para contratar parados, se ha hecho lo que se ha podido en dos años, con una decena de contrataciones”.
Se va “con mal sabor de boca, pero con ganas de contribuir en los próximos años a que la situación cambie”. Para ello también hay que mejorar la gestión de la propia mancomunidad, dice, “evitando que cada dos años tengamos que trasegar con todo el papeleo, cuando le has cogido el truco a la gestión”. Como ahora, las dos secretarias municipales de Arenas de Iguña y Bárcena de Pie de Concha están preparando los trámites para cambiar de presidencia. Junto a ellos, Anievas y Molledo forman parte de un Consejo de la Mancomunidad que en su próxima reunión pasará a manos de la única alcaldesa de la comarca.
La mancomunidad cumple diez años y deja en 2014 el Ayuntamiento que la presidió por primera vez. La Asamblea constitutiva de esa mancomunidad de servicios tuvo lugar el 6 de marzo de 2003 en el salón de actos de la Casa Consistorial de Arenas. Asistieron 26 de los 34 concejales de los cuatro ayuntamientos que la integran, los mencionados de Arenas y Anievas, Bárcena de Pie de Concha y Molledo. Presidían aquella reunión los alcaldes de esos cuatro municipios; por Anievas José Díaz Gómez; Arenas, Carlos Jiménez Ordóñez; Bárcena, José Félix de las Cuevas; y de Molledo, Dámaso Tezanos, el único que se mantiene en su cargo.
La aprobación de los estatutos, único punto de aquella asamblea, contó con el apoyo de 23 concejales, votando en contra tres ediles socialistas. Allí se marcaron los objetivos de la mancomunidad, la prestación de los servicios públicos, de carácter escolar y deportivo, del colegio Torres Quevedo, la prestación de los servicios de salvamento, socorrismo y vigilancia de las piscinas del valle, la prestación del servicio de recogida, transporte y tratamiento de los residuos sólidos urbanos y la solicitud de ayudas y ejecución de proyectos incluidos en planes de obras, sociales o culturales que se realicen en cooperación con la administración europea, central o regional. Los estatutos dejaron la puerta abierta a nuevas incorporaciones, con la vista puesta entonces y ahora en el caso posible de Cieza.
