La Guardia Civil tomó en la jornada de ayer muestras del agua que llega a los domicilios y establecimientos de Bárcena de Pie de Concha ante la preocupación mostrada por los usuarios sobre el mal olor y la turbidez del agua que salía por los grifos. A día de hoy la normalidad se ha restablecido y se espera conocer durante la semana el resultado de las muestras recogidas por el Servicio de Protección de la Naturaleza, según confirmó la alcaldesa, Carmen Mier. Durante unas horas duró el mal estado del agua, según aclaró ayer el primer teniente de alcalde, Agustín Mantecón, pero ambos señalaron que tras dejar correr el agua se recuperó la normalidad.
A mediodía del domingo la alcaldesa, Carmen Mier, recibió varias llamadas de vecinos preocupados por el estado del agua, entre ellos el propio Agustín Mantecón. Tras comprobar que efectivamente el olor, entre gasoil y podredumbre, era muy fuerte, se cortó el suministro desde Bárcena para aprovechar el agua de Pie de Concha y se puso en contacto con la Guardia Civil para, en su caso, tomar otras medidas de forma inmediata. De todas formas a medida que se dejó correr el agua el olor fue desapareciendo y también el color tierra que presentaba. Incluso tras las primeras pruebas se aseguró que no había peligro.
Aún no se conocen las causas de ese problema transitorio, pero ya se apuntan tres posibles motivos. El primero, la posibilidad de que ante la falta de agua en la red de suministro principal por la escasez de lluvias se haya tenido que utilizar una vía alternativa que podría tener agua estancada en las tuberías, motivo del olor y la suciedad. Algo que ocurrió ya el año pasado. También pudiera ser, como ya ha sucedido en otras ocasiones, una suelta fuerte de agua del pantano de Alsa. O también, según apuntaban desde la junta vecinal de Bárcena, por las últimas obras que se están haciendo en el canal de agua que llega a la población.
Lo cierto es que a las pocas horas la normalidad había vuelto al servicio de suministro y que ahora se está a la espera de conocer las causas de ese problema, según ratificaron Mier y Mantecón.
