Los daños causados esta semana en las estelas gigantes discoideas que acoge el pequeño museo sobre esas ruedas abierto en Barros, en el municipio de Los Corrales de Buelna, han causado cierta preocupación, especialmente entre los vecinos de la zona. Más preocupación que gravedad, porque si bien los daños más visibles no son preocupantes, si lo es la actitud, y con ella, la impunidad que ofrece un parque que ampara cualquier ataque a uno de los símbolos históricos de Cantabria. En esta ocasión, lo más visible es un nombre y unos números grabados con un punzón en la pasta que une los distintos fragmentos de una de las dos estelas que se pueden ver en ese parque. No es un problema porque en esa área se puede actuar y borrar ese grabado, pero preocupa el que 'cunda el ejemplo' y se extienda esa acción en el futuro a partes más 'sensibles' de las estelas gigantes, únicas en el mundo y patrimonio especial del pasado histórico de la región. Pero la gravedad puede radicar en lo que se ve menos. En dos taras que se aprecian en la Estela de Barros, incluida desde 1985 en el escudo de Cantabria. En la cara que da a la pared del fondo del parque se ve con claridad un golpe, no muy profundo, de un centímetro de diámetro y una de las cazoletas centrales también presenta una raspadura superficial. En el Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna lo tienen claro y la alcaldesa, Mercedes Toribio Ruiz, recuerda que viene reclamando ayudas para mejorar ese parque, que el 13 de julio cumple una década, desde hace tiempo.
En varias ocasiones se presentó ante la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte un proyecto que tiene como objetivo dotar ese parque de medidas de seguridad que garanticen las dos piezas históricas que acoge el edificio, como primera medida para asegurar la riqueza que alberga en su interior. El proyecto va más allá y pretende mejorar las actuales instalaciones, dotándolas de una mayor visibilidad, seguridad, iluminación y modernización, mediante la instalación de carteles de señalización informativos, de cámaras de seguridad, iluminación mediante lámparas LED y un motor eléctrico para abrir y cerrar la puerta, permitiendo el acceso al parque en un horario controlado, todos los días de la semana, pero garantizando la seguridad contra posibles actos vandálicos. Y para mejorar sin coste, el Ayuntamiento propone que todas las medidas partan de un sistema de energía solar autónomo. Además, ese proyecto tiene en cuenta otra de las asignaturas pendientes del Parque de las Estelas, dar a conocer al mundo que existe, dónde está y cómo llegar. Para ello propone la instalación de paneles informativos en las principales carretera que atraviesan el Valle de Buelna, desde la Autovía de la Meseta a la Nacional 611 y la CA-170. Y desde luego, cartelería suficiente para indicar dónde se encuentra. Claro que tal y como va la cosa, a veces es mejor no dar demasiadas facilidades.