Los dos robles de la Maya ya están en la plaza de Silió Domingo, 17 Julio 2011

Los dos robles de la Maya ya están en la plaza de Silió

Los vecinos de Silió escogieron, talaron y bajaron ayer domingo del monte Canales los dos robles que darán forma a la Maya, que se izará en la noche previa a Santiago en la plaza principal del pueblo. Se preparan así para cumplir con una antigua tradición que consiste en poner de pie esos dos troncos unidos, de casi 30 metros de largo, a golpe de riñón. Para ello, como manda la tradición, los más experimentados vecinos habían señalado los días previos algunos de los troncos más rectos, para la posterior elección definitiva de dos de ellos: uno fuerte para la base, de unos 15 meros de largo, que da el nombre a la tradición, la 'maya'. Otro, igual de recto pero más joven, de unos 12 ó 13 metros que se denomina la 'añadición'. Elegidos, el siguiente paso fue talarlos y llevarlos a la plaza de Santiago, en el centro de Silió, donde durante esta semana, desde esta misma tarde, se limpiarán, se labrarán y se unirán. Todo según la tradición, sin aditamentos nuevos. La base del gran tronco se acerca a un entramado metálico fijado al suelo que servirá como eje para izar la maya completa. Dos de los vecinos con más experiencia, Joaquín Fernández Diego y Alberto Villegas, los dos concejales del Ayuntamiento de Molledo y miembros de la Junta Vecinal de Silió, se habrán ocupado de todas esas tareas. Incluso de preparar las cuerdas y poleas que ayudarán a los mozos en el esfuerzo de poner en pie la maya. Y así llega la noche previa a Santiago, el domingo 24 de julio. A las ocho de la tarde los vecinos, mayores, jóvenes y pequeños se unen para dar forma a un entramado escénico que recuerda la actividad maderera de la zona hace siglos, con reminiscencias a la mitología propia de la comarca, a la fertilidad, al poder de la tierra y de lo que en ella se planta mirando hacia el cielo. Los más fuertes comenzarán a tirar de riñón y brazo, y, poco a poco, irán levantando la maya, a pulso. Primero desde el suelo, luego subiéndose a andamios de madera a la más antigua usanza. Ellos cada vez más altos. La maya cada vez más pinada. Al cabo de unas dos horas, y nunca han fallado, lograrán izar al completo esos dos troncos y sonarán los aplausos de un público hasta ese momento absorto en el esfuerzo de unos 30 hombres, un público que, cada vez en mayor número, se acerca a Silió en estas fechas. Y es que pocos pueblos en Cantabria pueden presumir alto y fuerte de ser guardianes de las tradiciones, de trasmitir de generación en generación sus viejas costumbres. Compartidas con otros muchos lugares del interior de la región, pero ya solo preservadas en lugares tan especiales como esa pequeña localidad del Valle de Iguña, Silió, que ha conseguido que una de esas tradiciones, conservada a lo largo de décadas se convierta en Fiesta de Interés Turístico Nacional, La Vijanera.

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