La reforma de las antiguas escuelas de Los Corrales de Buelna para convertirlas en nuevo Ayuntamiento ha dado ya la primera gran sorpresa al detectarse que el estado de la estructura que soporta el tejado no podrá mantenerse como se había previsto en el proyecto de ejecución. Ese cambio, más otras modificaciones importantes obligadas por la antigüedad del edificio, supondrán un aumento cercano al 10% del presupuesto de adjudicación de la obra, poco más de un millón de euros. Teniendo en cuenta que el Gobierno regional corre con el 80% de la inversión, al Ayuntamiento le quedarán por pagar, tras ese aumento, 305.000 euros, 100.000 más de lo previsto.

El equipo de gobierno municipal convocó a la Junta de Portavoces para poner en común el informe de situación de la obra redactado por los servicios técnicos, un informe demoledor que deja claro que varias de las previsiones del proyecto original no se podrán mantener. Los principales daños se centran en la cubierta, donde no se podrán aprovechar ni cerchas ni tejas, como estaba previsto. Por motivos de seguridad se ha desmontado toda la estructura, eliminado las tejas y cambiado las cerchas por otras de acero que no requieren mantenimiento. Tampoco se podrá aprovechar el ladrillo visto de la fachada original como se había ideado para preservar la identidad de las escuelas de la República. Como mucho se aprovechará una franja en el primer piso como recuerdo de la imagen con la que se inauguró el edificio en los años 30. Y también se ha desechado toda la carpintería exterior. Algunas ventanas por ilegales, las clásicas guillotinas, y otras por su estado de deterioro. Pero además han aparecido componentes como fibrocemento que, como residuo peligro que es, conlleva una retirada que supone más gasto del previsto. En total, unos 100.000 euros de más.

Y como el límite de exceso de gasto presupuestario está en ese 10%, el aumento se ha quedado en un 9,98%, esperando, como decía el concejal socialista Roberto del Val, "que de aquí al final de obra no surjan más imprevistos", algo que puso en duda "porque todos sabíamos como estaba ese edificio".

También fue muy crítico con la adjudicación del proyecto. Explicó que se había presupuestado la obra en 1,6 millones, admitiendo una oferta (que fue considerada en principio baja temeraria) que reducía ese presupuesto a poco más de un millón. La subvención del Gobierno regional se ceñía al 80% del precio de adjudicación "con lo que el Ayuntamiento terminará pagando lo mismo que si se hubiera adjudicado por el presupuesto original", porque la orden de subvenciones deja claro que cualquier modificación al alza la pagará el Ayuntamiento. Y se preguntó ¿cómo están hechas las cosas para que por ahorrar el que sale ganando es el Gobierno regional?

La contestación a esa duda se ciñó a que la modificación del 10% ya estaba prevista en el pliego de cláusulas de adjudicación, que además adelantaba que al ser una obra de restauración de un viejo edificio se daba por hecho que iban a aparecer cuestiones que no se podían prever.

Por lo demás, en la misma Junta de Portavoces se explicó que no habrá problemas a la hora de pagar, porque el Servicio de Intervención ha adelantado que había un colchón suficiente para afrontar posibles incrementos del presupuesto en esa obra.

Por parte del gobierno local, el concejal de Obras e Infraestructuras, Serviliano González, ya había reconocido que el desarrollo de las obras está obligando a la empresa a "incidir en algunos aspectos del proyecto y relegar otros menos importantes" para ir cuadrando el plan de acción. Explicó que la empresa ha hecho un estudio sobre el terreno de las facetas del proyecto en las que "hay que aplicarse más y aquellas en las que no será tan necesario". Y desde luego la estructura del tejado es un ejemplo de aquellas en las que hay que "aplicarse" más. El gobierno, aseguró, "quiere garantizar un edificio de futuro en las mejores condiciones posibles de seguridad".