La larga, en ocasiones, espera en la cola del médico en el centro de salud Besaya de Los Corrales de Buelna será desde ahora mucho más amena al menos para los pacientes más jóvenes, gracias al proyecto 'Mientras espero, leo', coordinado por la biblioteca municipal Guillermo Arce y la Concejalía de Cultura, Educación y Ciudadanía. De momento el proyecto nace con la intención de llegar a los niños, cerca de 90 pacientes diarios (como media) que se encontrarán al llegar a la consulta con una estantería llena de libros, cuentos y revistas proporcionados por la biblioteca para edades comprendidas entre los dos y los nueve años. "Las salas de pediatría de los Centros de Atención Primaria son un buen sitio para compartir una lectura breve que distraiga y haga más llevadero el tiempo de espera", decía la responsable de la biblioteca, Ana Ara Escagedo, al anunciar su intención de extender a otros puntos el servicio de préstamo de libros.
"Aprovechar para leer en esos momentos de encuentro entre padres e hijos en sociedades en las que se dispone de poco tiempo, nos parece dotar de sentido a estos ratos de espera", apuntó. Además, añadió, "la posibilidad de disponer de libros cuando se va al médico, humaniza una situación no agradable para los niños y aporta calidad a los centros públicos de salud". Solo se anteponen dos cuestiones, que los libros no abandonen el centro y tratarles con cuidado, depositándoles en su lugar al finalizar la espera.
En la presentación del proyecto estuvieron la alcaldesa de Los Corrales de Buelna, Josefina González, el coordinador del centro y el presidente de la Sociedad de Pediatría de Cantabria y médico en el centro Besaya, Antonio Bercero. Todos valoraron muy positivamente el proyecto e invitaron a plantar nuevas iniciativas.
En el acto se explicó que el primer objetivo responde a la "inquietud" por introducir el libro para niños y niñas en espacios que no sean los habituales, "con la finalidad de fomentar la lectura en otros ámbitos que no sea con exclusividad el espacio escolar". "Me parece esencial la necesidad de valorar la lectura fuera del ámbito de la escuela como una posibilidad de ocio, para construir una sociedad lectora, tarea por otra parte, que nos incumbe a todos", decía Ana Ara.
