La reforma integral del edificio que acoge los vestuarios y oficinas próximas al campo de fútbol del Estadio Municipal de Deportes de Los Corrales de Buelna han comenzado ya y avanzan a buen ritmo, con una clara intención, terminarlas en agosto. Técnicos de la Consejería de Deportes y del Ayuntamiento se han reunido para coordinar las actuaciones que, por una parte, acometerá el Gobierno regional en la cubierta y, por otra, el parque de obras municipal en el interior. «La mayor preocupación es cumplir los plazos y terminar antes de que comience la temporada deportiva, si puede ser en este mismo mes de agosto», dijo el concejal de Deportes, Javier Conde, también presente en esa reunión.

Explicó que la Consejería de Deportes afronta ya la reforma del tejado del edificio con un presupuesto de 28.000 euros, agradeciendo el «esfuerzo» que ha hecho el departamento que preside Ramón Ruiz en ese proyecto. El Ayuntamiento baraja un presupuesto como máximo de 20.000 euros para renovar todo el interior del inmueble, «si puede ser con personal propio».

El objetivo, dijo Conde, es dejar un edificio que «aguante» unos cuantos años, si puede ser al menos hasta la celebración del centenario de la Sociedad Deportiva Buelna, dentro de cuatro años.

«Los plazos nos urgen pero ya estamos en marcha, los trámites han ido ágiles y tenemos aquí ya los trabajadores, así que la obra podría estar terminada más o menos al inicio de la temporada».

El Ayuntamiento decretó el cierre del edificio en mayo de este año por «riesgo real de que se derrumbe», según explicó el concejal de Obras y Urbanismo, Luis Ignacio Argumosa, al avanzar las razones por las que se clausuraba el local que alberga las oficinas, vestuarios y almacén del campo de fútbol del Estadio Municipal de Deportes.

Argumosa apuntó que el coordinador de instalaciones deportivas había advertido recientemente sobre el riesgo de derrumbe del edificio, lo que llevó al gobierno municipal, «puesto en guardia por los antecedentes», a solicitar un estudio técnico, informe que recomenzó la «paralización inmediata» del uso del módulo central del edificio y el apuntalamiento de la cubierta para evitar su caída.