Cantabria está representada en la última edición de La Voz Kids por una joven estudiante de 14 años que antes de asombrar a los miembros del conocido programa televisivo ya había abierto las bocas de sus convecinos cada vez que se subía a un escenario. La corraliega Marta Rodríguez Alonso ha entrado por méritos propios entre los poco más de medio centenar de elegidos para comparecer ante Rosario, Bisbal y Orozco, templar sus cuerdas vocales y revolucionar sus nervios. Pero eso ya es un éxito, cuando en el punto de salida estuvieron más de 22.000 candidatos.
Es buena estudiante, constante, cariñosa. Tiene un sueño, ser cantante, pero también los pies en el suelo, sabiendo lo difícil que es llegar a la meta aunque se tenga una gran voz, como ella.
No tenía previsto nada cuando una amiga le dijo que estaban buscando gente para La Voz Kids. Ni siquiera en ese momento se lo planteó. Pero la idea le rondaba. Llegó a casa y su madre, Nati, le dio el último empujón. Llamaron y les dijeron que el plazo de inscripciones se había cerrado. Vaya. Pero seguían buscando, con lo que le invitaron a mandar su vídeo. Lo grabó aquella misma tarde y lo mandó. Es joven, y los días pasan lentos, pero al final recibieron la llamada. Había pasado la primera criba. Y pasó la segunda en Bilbao, e incluso la tercera en Madrid, donde además alguna canción ya no la eligió ella. El potencial estaba claro y su voz se hacía oír. Había superado todos los cortes y estaba entre los talents de la última edición de La Voz, "feliz por cumplir uno de mis sueños".
Cuando llegó el momento de la verdad el tiempo, a pesar de su juventud, se aceleró, como los nervios. Tuvo que firmar un sinfín de estipulaciones y ofrecer una lista de 20 canciones posibles, "las últimas ya por rellenar, porque es muy difícil llevar bien tantos temas". La cuestión es que para enfrentarse a los tres tenores del sillón con botón la 'eligieron' uno de esos últimos temas.
"Todo es diferente a cómo se ve por televisión, más pequeño". Ensayó una vez antes de ver como se encendía el cartel de 'silencio' y se abriera la puerta grande. "No he sentido más nervios en mi vida, la presión me tenía casi en estado de shock". Aun lo siente, cuando por televisión ve a sus compañeros enfrentarse a las escaleras previas al escenario. El chasquido previo al inicio de la canción remata los nervios para que todo empiece a fluir y recuperar, cantando, el aplomo. "Cuando canto lo olvido todo y sé que es lo mío".
Pero no es la única experiencia buena de su paso por el programa. Los participantes han hecho migas y aprovechan cualquier excusa para chatear e incluso para quedar y verse a pesar de la distancia geográfica que les separa. Hace poco estuvo en Barcelona y allí volvió a abrazarse con sus nuevos amigos. Quien sabe, quizá entre ellos esté el próximo ganador de La Voz Kids, aunque Marta ya se siente vencedora. Ha hecho realidad uno de sus sueños y ya piensa en los próximos retos.
Por cierto, no quiere perder la ocasión de hablar 'maravillas' de Jesús Vázquez, "muy amable y siempre pendiente de ti"; de Tania Llasera, "me encantó su trato para con nosotros"; Rosario, "la mejor, la más cariñosa, un monstruo de persona"; Bisbal y Orozco, "muy majos". Y corriendo a sus estudios, a la media hora que dedica a la semana a sus clases de canto en la Escuela Municipal de Música de Los Corrales de Buelna y a disfrutar de lo que supone para alguien como ella, con 14 años en su mochila, haber hecho realidad un sueño casi imposible.
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