Tercera Quijanada en Los Corrales de Buelna Sábado, 10 Septiembre 2011

Tercera Quijanada en Los Corrales de Buelna

Los Corrales de Buelna volvió hoy a ser el lugar de encuentro de los muchos descendientes de Soledad de la Colina y José María Quijano Hontoria, fundador de las empresas que hicieron un poco más grande la historia de Cantabria y, por descontado, la del pueblo anfitrión de la última, hasta ahora, ‘quijanada’. Cinco generaciones, siete ramas familiares, más de 400 personas regresaron al lugar en el que también la familia se hizo más grande, la mansión familiar de Los Corrales de Buelna. Muchas incorporaciones junto a canas que pesan, las caras cambian, la relación se hace cada vez más lejana, pero los 'mayores' se encargan de que todos recuerden el lugar donde nació una gran historia. Una Santa Misa, cantada por la Coral de Los Corrales, y concelebrada por un seminarista de una de las ramas, los Bustamante, y la posterior comida campestre, amenizada por el Grupo de Danzas de San Felices, dieron el tono especial a un día entre distendido y de homenaje, una jornada que sirvió, a los más jóvenes, para conocer el pueblo natal de sus ascendientes comunes y también para conocerse entre ellos. No en vano llegaron desde toda la geografía nacional, e incluso más allá. Un día en el que se unieron siete ramas familiares en torno a siete colores impresos en cintas que distinguían a los miembros de cada una de ellas. Así con el amarillo los Díaz de Bustamante Quijano, verde para los Quijano Otero, rojo para Quijano González-Camino, naranja para Mazarrasa Quijano, rosa para Quijano Secades, caqui para Quintana Quijano y azul para Quijano Agüero. En total más de 400 personas entre nietos, bisnietos, tataranietos, choznos (los hijos de los tataranietos) e hijos de estos. Toda una experiencia para no olvidar en una jornada dedicada precisamente a los recuerdos de quienes han demostrado ser una gran familia. Parientes algunos lejanos en línea y sobre todo en distancia no faltaron a una cita que tuvo varios momentos especiales, y recuerdos a los que, desde la última 'quijanada' les abandonaron. Incluso hubo tiempo para admirar la obra que José María Quijano y su esposa, Soledad de la Colina, Condesa de Forjas de Buelna, dejaron en Los Corrales de Buelna, entre otros ejemplos, la magnifica mansión familiar o la iglesia parroquial San Vicente Mártir. Y como no, visita al cementerio familiar, con una gran corona blanca en recuerdo de los fallecidos.

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