La Coral en 1982 Domingo, 05 Junio 2022 La Coral en 1982

La Coral celebra su 40 cumpleaños en plena forma

El 24 de agosto de 1981 un grupo de personas amantes de la música vocal empezó la captación de miembros para crear una coral en Los Corrales de Buelna. Ese día, una de esas personas se acercó a Marisol Urreta para invitarla a formar parte del incipiente proyecto y ella no lo dudó. Esa semana decían si al proyecto personas como Manuela Fernández, Dolores Rojo, Carmen Luisa San Cosme, Clemente Ruiz, José Antonio Fernández, Jesús García, Pedro Luís Arce o la propia Marisol Urreta. En poco tiempo eran más de 60 voces y el 12 de junio de 1982 se presentaron oficialmente ante su público, apadrinados por la Coral Salvé de Laredo.

Marisol Urreta sigue cantando en una coral que ha perdido en este tiempo a algunas de esas primeras voces, primeras por tiempo y por calidad. Como una gran familia que son, entienden y sienten sus pérdidas como se siente la de un familiar. Una despedida que no ha podido ser como les habría gustado. "La Coral no es la misma", decía, tras los huecos vocales y humanos que han dejado personas como Clemente Ruiz o Toño Fernández, dos apasionados de la coral que "estuvieron hasta el último ensaño previo a la pandemia".

Pero la vida sigue y llega un cumpleaños feliz, 40 años de éxitos que podrán conmemorar en la misa de San Juan de Los Corrales de Buelna, el 24 de junio.

En un recorrido por ese tiempo Marisol Urreta recuerda que ella o Clemente García entraron en la coral con experiencia, porque ya habían formado parte del coro mixto que dirigía Don Guillermo, así que cuando Gonzalo Fernández les ofreció participar en la nueva coral lo hicieron encantados. Era el día de San Bartolo, en un concierto de otro coro, el masculino de La Salle, un 24 de agosto.

En octubre de aquel año comenzaron los ensayos dirigidos provisionalmente por un músico dominico que en esos momentos estaba en Los Corrales, el padre Ángel Abascal, el primer director de la coral. Debutaron en la misa de Navidad, con temas navideños, el Adeste Fideles o Noche de Paz, "Fue un día magnífico, una ilusión enorme la que sentimos en aquel pequeño concierto". Aquel primer concierto ya contó con el que sería durante dos años director de la coral, Pedro Camino.

1982 con una fecha marcada por los coralistas en su calendario, el 12 de junio, día en el que se estrenarían ante su público en lo que entonces era la sala más importante de toda la comarca, el cine Lido. Los ensayos se aceleraron y la emoción campaba a sus anchas junto a los nervios del primer concierto.

Especialmente cuando supieron que todo se iba a adelantar unos días, porque habían sido invitados a participar en una actuación de varias corales para celebrar el Día de Cantabria en la campa de la Magdalena. Así que su pre-estreno fue el 6 de junio de aquel año, un día que no olvidarán por lo musical y porque les cayó encima un chaparrón de los de aúpa, calando los trajes y túnicas con los que tenían pensado presentarse en Los Corrales.

El 12 de junio no querían ni pensar en qué podría pasar. La noche previa había sido larga y las primeras horas de ese sábado más. Cuando llegó el momento del estreno las dudas se disiparon en todos los sentidos. Tenían confianza y ganas de cantar, más cuando comprobaron que la respuesta de los corraliegos había sido masiva. Muchos se quedaron sin poder entrar al gran teatro ante el aluvión de personas que quisieron estar en aquel primer concierto. Tanto es así que anunciaron que lo repetirían para cuantos no pudieron entrar al Lido ese sábado.

Los trajes y túnicas habían secado y se presentaron de punta en blanco en el gran escenario del teatro corraliego con un repertorio del que aún se acuerda Marisol Urreta, especialmente del 'Padre Nuestro' del Padre Marina y "los solos de Loli y un chico al que llamábamos 'Miguel Ángel el Rubio', fue impresionante, una partitura que aun hoy cantan muy pocos coros por su dificultad y nosotros lo hicimos en nuestro debut". Maite o canciones montañesas formaron parte de un concierto avalado por la Salvé, que comprobó en primera persona que aquel día había nacido una estrella que pronto se puso a su altura. "Nos dijeron que teníamos mucho porvenir y un gran potencial", y así fue.

Pedro Camino se mantuvo como director dos años, tras los que tomó la batuta Fernando Benito (unos 12 años) que era tenor en la coral. Mismo caso de la actual directora y antes coralista, Justi Echevarría (más de 25 años al frente), "algo que en ambos casos ha sido una gran ventaja para ellos y el resto de coralistas".

A la primera junta directiva se deben muchos de los éxitos de la coral corraliega, porque establecieron las bases que marcaron una larga vida de amistad, de colaboración entre coralistas y de participación en la vida social tanto como de alejamiento de tintes políticos o de cualquier índole que pudieran enturbiar el buen ambiente que se vivió desde los primeros años. Faustino Sánchez, Miguel Ángel Pérez, Abascal o Gonzalo Fernández "lo hicieron tan bien que aún vivimos de aquel comienzo, nos metieron en el ADN el sentimiento de coralistas, unas  normas básicas que aún funcionan".

También sentaron las bases de las grandes citas de la coral con su público, como la de Santa Cecilia, que comenzó a celebrarse aquel año de 1982. Pocos años después se sumaron las prestigiosas Jornadas de Canto Coral.

Una de las primeras salidas de la coral fue a Valladolid (un viaje de ida y vuelta) "que nos hizo mucha ilusión, pero aún más el que hicimos a Jaca, el primero en el que pernoctamos". Han cantado en todas o casi todas las provincias españolas, con recuerdo especial a su paso por Córdoba. Cantaban el villancico Las Campañas de la Mezquita cuando, en plena actuación, empezaron a sonar. '¿Cuál de tus doce campanas, dime, campanero, repica mejor? Será la San Zoilo, será la de la Asunción, será la de San Antonio, será la de la Ascensión?' Las lágrimas caían por las mejillas de los coralistas cántabros en aquella tierra ante la emoción de tener tal acompañamiento: "fue una experiencia impagable".

Lejos de las fronteras patrias se quedan con el viaje a Roma y al Vaticano. "Estábamos esperando en la plaza de San Pedro al Papa Benedicto y cuando pasó en su coche dando la bendición, cómo no sabíamos que decir de la emoción le llamábamos guapo. Paró el coche, se nos quedó mirando y nos dio especialmente la bendición, fue impresionante, una sensación indescriptible". De Italia también se quedan con su primer viaje internacional, a Milán, "donde nos trataron de una manera tan extraordinaria que no lo olvidaremos nunca". "Son tantas y tan buenas experiencias que, aparte de las alegrías de mi vida personal, las alegrías más intensas que he tenido han sido con la coral".

Algunas de ellas con los prestigiosos premios conseguidos. Un primer premio y dos segundos en el Certamen Nacional de la Canción Marinera de San Vicente de la Barquera, el segundo premio en el Festival Internacional de Polifonía y Habaneras de Torrevieja o el primero en 2006 como ganadora del Festival de la Canción Popular de Cantabria. Y son profetas en su pueblo, galardonados con el Premio Olna y nombrados Marceros Mayores, además del lleno en tantos y tantos conciertos a lo largo de sus 40 años de vida. Años y voces irrepetibles, como la de Loli Rojo, "una voz excepcional", o las de Toño Fernández y Clemente Ruiz, "dos personas que nos faltan ya, una pérdida humana imposible de llenar". También recuerda otra gran voz, la de 'Lolín', "un tenor maravilloso al que llamábamos Pavarotti", un ejemplo de tantos, otro enamorado de la música que acudió a los ensayos hasta el último día. "Han sido unos años inolvidables, preciosos, que se han grabado en nuestros corazones, en los que hemos visto crecer a muchos jóvenes que nos acompañaron en este camino, hemos forjado amistades mucho más allá de lo musical y hemos creído, como nos enseñaron los padres de la coral, en esta gran familia que hemos sido y seguimos siendo".

 

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