El pueblo de Los Corrales de Buelna se echó a la calle ayer para dar el último adiós a la joven Almudena Ruiz en un funeral multitudinario y emotivo como se recuerdan pocos en la localidad. Miles de personas arroparon a la familia, demostrando la huella que ha dejado la presidenta de la Junta Local de la Asociación Española contra el Cáncer y miembro de la junta directiva de la asociación en Cantabria. Muchas personas portaban el lazo rosa que ella hizo popular en la comarca por su lucha constante contra el cáncer de mama, su enemigo particular. Otras muchas anudaron un pañuelo de igual color al cuello. Y la gran iglesia parroquial de Los Corrales de Buelna se quedó pequeña. Media hora antes de iniciar el funeral los más de 500 asientos ya estaban ocupados, a excepción de los delanteros, reservados para la familia. Bancos que estaban flanqueados a un lado por las directivas de la asociación contra el cáncer en Cantabria y Los Corrales de Buelna. Al otro por un gran lazo rosa, colgado del púlpito, el mismo que cada 19 de octubre preside la avenida principal de la localidad. En esa media hora previa no se oyó un alma. Solo el ruido de las puertas de la mucha gente que quería acceder al templo. Apenas se podía. Allí estaban representantes de todos los sectores, de todos los ámbitos, vecinos de todas las edades, muchos jóvenes, compañeros, amigos de Almudena. La llegada del féretro fue seguida de una gran procesión proveniente del Tanatorio Municipal. Decenas de vehículos en una comitiva que hizo intervenir a la Policía Local para regular el tráfico. El coche fúnebre paró ante un cordón enorme de ramos, centros y coronas de flores. Y poco antes de las cuatro de la tarde comenzó a llover con intensidad. Aún así no se movió nadie. Los alrededores de la iglesia estaban también abarrotados. Millares de personas, como ya habían hecho en los días previos, durante esa misma mañana, quisieron acompañar a la familia, expresar su dolor y su cariño. La Coral de Los Corrales de Buelna, de gala, lazo rosa en la solapa, puso la música. Solo otro sonido acompañó el final del funeral, un fuerte aplauso de cuantos asistieron. Desde ahí, la familia, ya más en la intimidad, se trasladó al cementerio de Hijas, para dar cristiana sepultura a Almudena.
