Los vijaneros más jóvenes han sido los protagonistas del primer encuentro con la mascarada de Silió Sábado, 07 Enero 2023 Los vijaneros más jóvenes han sido los protagonistas del primer encuentro con la mascarada de Silió

Los jóvenes abren el camino al regreso de La Vijanera

Los vijaneros velan armas para volver a asombrar al mundo este domingo 8 de enero, una fiesta que se recupera tras más de mil días de un reposo aprovechado para ahondar más en la historia de una de las mascaradas más prestigiosa en todo el mundo y que en esta edición promete renovar su compromiso con sus orígenes y con la calidad de una cita ancestral. Los organizadores de la primera gran mascarada del año en Europa revisan ropas, complementos, recuerdan tradiciones, rematan las satíricas coplas, todo con la impronta que dan las dos caras de Jano, la Vi-janera, mirando atrás para mantener las pautas de antiguas celebraciones sin desviar la vista de un futuro garantizado con los más de medio centenar de jóvenes que forman parte de la comitiva.

Ellos han sido los protagonistas del primer encuentro con la mascarada de Silió. Este sábado han protagonizado un desfile semejante al de sus mayores, con la misma fuerza y vistosidad ante centenares de personas que no quisieron perdérselo. En Silió la Navidad no es igual porque los niños tienen la misma ilusión con la Vijanera que con los Reyes Magos, así que a mediodía aparcaron sus regalos y se metieron de lleno en su particular mascarada. "Algo más que también hemos recuperado de las antiguas fiestas, porque esta mascarada no deja de ser un rito de iniciación", decía Cesar Rodríguez, uno de los organizadores.

Quinta edición de La Vijanera infantil en la que participaron más de medio centenar de chicos de la Asociación Cultural de Amigos de La Vijanera, perfectamente vestidos para la ocasión y metidos de lleno en su papel. Una quinta edición que recrea los retos que los niños de antaño planteaban a sus mayores antes de la mascarada cántabra. También se ataviaban y, a falta de campanos, se ceñían al cuerpo cuerdas con botes de hojalata.

El domingo será el día grande con una fiesta que "puede parecer siempre lo mismo, pero en realidad siempre es diferente, no hay ninguna Vijanera igual, cada una tiene su carácter distinto y esta quizá aún más". Pero sí sigue la misma línea de los últimos años, muchos participantes y los trajes más cuidados "acorde al nivel de auto exigencia que nos hemos impuesto".

Una comitiva de una 160 personas, 80 trajes diferentes, todos catalogados, tras aprovechar el parón para ahondar en la tradición e incorporar nuevos trajes, renovar otros, mejorar todo, siempre ciñéndonos a la tradición, "siendo fieles a lo que nos han trasmitido los mayores

Todo está preparado ya en Silió, con la vista puesta en una presencia masiva de seguidores tanto como en las preocupantes previsiones meteorológicas.

Sobre las 11,30 del mediodía del domingo Silió comenzará a ser una locura. Los miles de visitantes empezarán a apartarse mientras las comitivas se abren camino. Los danzarines blancos se encargarán de ello. De las antiguas escuelas se dirigirán hacia la iglesia, muy cerca de donde coincidirá con el descenso del oso, el lugar elegido para que los zarramacos, los guerreros del bien, le den caza.

Todos juntos recorrerán caminos y camberas de Silió hacia la Raya, el límite con el resto del municipio, donde, como manda la tradición, se pedirá Guerra o Paz. Antiguamente las vijaneras coincidían en los límites de los pueblos que las organizaban y, o terminaban a pedradas o bien avenidos. De ahí ese viaje a la frontera. La comitiva dará la vuelta y regresará al pueblo, atravesando la plaza de Santiago, sede del centro de interpretación de La Vijanera, para llegar a la campa, muy cerca del punto de partida. En el escenario los vijaneros cantarán las coplas, secreto sumarísimo que se desvelará este mismo domingo, con los comentarios sarcásticos sobre la actualidad internacional, nacional, regional y local.

Después, el parto de la preñá, el augurio del año que empieza. Si el parto es bueno y fructífero, así será el año. De lo contrario, a temblar otra vez. Y de ahí a la plaza de la Reguera, junto a la iglesia, donde los zarramacos darán muerte al oso y pondrán fin al sufrimiento de los hombres, como mejor preludio de un año en el que La Vijanera celebra sus 39 ediciones en Silió.

 

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