La Administradora de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha instalado en Los Corrales de Buelna dos cámaras de visión artificial para controlar el tránsito en otros tantos pasos a nivel de la localidad. La primera en el paso de la Avenida Condesa Forjas de Buelna, el más céntrico y utilizado de la localidad y el objetivo precisamente ha sido el de "la verificación del número diario medio de vehículos y peatones de cada uno de ellos, datos que según la legislación vigente debe aportar el titular del camino o carretera", según la entidad.

Añade en la explicación de esa iniciativa que el cálculo de peatones y vehículos que cruzan los pasos a nivel "es fundamental para priorizar las actuaciones necesarias en cada paso, tanto de supresión como de mejora de la protección". De hecho, en Cantabria está previsto instalar progresivamente cámaras y otros métodos de medición con ese mismo fin en otros pasos a nivel de diferentes características.

En concreto, se trata de mediciones de 24 horas que sirven de muestra y que, tras un procesado de los datos y una metodología basada en estadística, sirven para realizar cálculos promedios en los distintos pasos a nivel.

Eso en cuanto a Adif. En el Ayuntamiento están tan interesados como preocupados porque las consecuencias que pueden tener esas mediciones. Interesados en cuanto a que suponga mejorar la seguridad en los dos pasos a nivel del casco urbano, el citado de la Avenida Condesa Forjas de Buelna, junto a la iglesia parroquial, o en el de la calle Torres Quevedo, junto a la plaza de la Pontanilla. Preocupados en cuanto a la posible renovación de los planes de supresión de esos dos pasos.

Ya en el año 2005 el Ayuntamiento recibió los estudios informativos de los proyectos de supresión de esos dos pasos a nivel y aquella Corporación vio enseguida los problemas que iban a provocar, así que los guardaron bajo llave en el fondo de un cajón. Los vecinos pensaban lo mismo, así que esa decisión les permitió aparcar el miedo que provocaban dos proyectos que amenazaban la normalidad de sus vidas.

También es cierto que mucho antes se habían acogido con interés los proyectos que preveían la supresión de los cuatro pasos a nivel de Los Corrales de Buelna, incluidos el de la Estación y el de Lombera. Pero el pésimo resultado de la ejecución de estos dos últimos hizo que los corraliegos no quisieran ni oír hablar de más supresiones, por aquello de que más vale lo malo conocido. El desastre de un paso subterráneo estrecho y peligroso en la Estación o de un paso elevado que se ha convertido en un escollo a salvar por los vecinos del norte de Los Corrales de Buelna han dejado pocas ganas de nada más.

Con esos precedentes, cuando se conocieron las previsiones de eliminación de los pasos de Torres Quevedo y Forjas de Buelna, los vecinos se pusieron a temblar. Resultarían poco efectivos y generarían demasiados problemas, algo en lo que enseguida coincidieron y coinciden los políticos de entonces y de ahora.

En ambos casos, como sucedió con el de la Estación, se contemplaba el hacer un paso subterráneo que evitara las vías del tren. En los dos la altura no podía pasar de los tres metros por las dificultades del entorno urbano, complicándose aún más por las pendientes marcadas ante la existencia de otras calles transversales en las salidas al este y oeste del paso subterráneo.

En lo que si hay acuerdo es en la necesidad de garantizar la seguridad en el paso de la calle Torres Quevedo, un paso peligroso más por los vehículos a ruedas que lo atraviesan que por el medio centenar de trenes que circulan por ese punto cada día. Muchos más son los camiones de grandes dimensiones que circulan por esa calle, los autobuses que se dirigen hacia colegios e institutos y los vehículos privados que se encaminan hacia las instalaciones deportivas municipales o a sus viviendas. Y todo sin medidas de seguridad suficientes para los viandantes.