En San Felices esperan contar en la próxima primavera con el nuevo puente sobre el río Tejas, una estructura que pondrá fin al tapón que la vieja pasarela provocaba en épocas de fuertes lluvias. El consejero de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Roberto Media, y el alcalde, José Antonio Cobo González, han visitado las obras para certificar la importancia de una actuación adjudicada por ese departamento del Gobierno regional a la empresa Solpavifer, con un presupuesto de 144.210 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses.

El nuevo puente se levanta sobre el río que lleva el mismo nombre que el monte que recorre, en el barrio de Penías, y tiene como objetivo evitar las inundaciones que terminan afectando a la recta de la Agüera, la principal zona industrial de la localidad. «La estructura actual provoca retenciones de agua que derivan en las empresas y viviendas de la zona», explicó el alcalde durante la visita del consejero.

Un proyecto de los ingenieros Báscones y Pérez, de Los Corrales, que partía con un presupuesto base de licitación de 156.435 euros y que ha comenzado con visos de poder terminarse en primavera. Según el proyecto, la obra se justifica por la necesidad de eliminar el estrechamiento hidráulico que suponía la vieja estructura de paso sobre el arroyo Tejas, de insuficiente capacidad hidráulica en periodos intensos de lluvia, como señala el documento técnico.

El proyecto consiste en la construcción de una nueva estructura de paso que vendrá a sustituir a la anterior, ya derribada, así como en la modificación del eje del camino vecinal que discurre a lo largo de la margen izquierda del río, debido a que es necesario adaptar la rasante a la estructura proyectada. Cobo González incidió en que tanto las actuaciones en la nueva estructura como en el cauce del arroyo Tejas seguirán las indicaciones de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, «como es preceptivo».

Según el proyecto de obra, el nuevo marco a construir como plataforma de paso sobre el arroyo Tejas tendrá una luz de nueve metros y una altura de 2,60 metros, además de un resguardo bajo el tablero en la máxima avenida de 0,30 metros.

«A lo largo de estos últimos 25 años una de las obsesiones de este Ayuntamiento ha sido atajar todos los problemas que históricamente han aquejado al municipio en materia de inundaciones, como es este caso, a punto de resolverse», dijo el alcalde.